Ella estaba sentada, tranquila, leyendo una revista de esas que en realidad no se leen y solo se ojean, mientras esperaba, sin prisa que sucediera en su vida algo interesante cuando de repente, así
Los invito a leer una historia mía, espero que les guste.
Ahora ya no va a poder sentir felicidad al verla llegar, al abrazar a sus hijos, o al sentir el reconfortante calor del hogar al llegar cansado del trabajo. Ya no va a poder sentarse por las m...
La necedad, el error, el pecado, la tacañería, Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos, Y alimentamos nuestros amables remordimientos, Como los mendigos nutren su miseria. Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes;...